
Un Católico Revolucionario
La ciencia necesita revolucionarios y con cada aparición
de uno de ellos, se da un salto en el progreso de nuestro
conocimiento; pero qué pasa con la religión??? ... La mía
es la Católica, la institución más antigua en el mundo y por
lo mismo de su antiguedad, era una institución desfasada
en el tiempo, odiada por muchos, diganse estadounienses
ó sovieticos; inentendida por sus propios miembros; le
era imperativo a mediados del siglo XX reformarse a si
misma, tarea considerada impensable; tuvo en uno de sus
más humildes servidores al más extraordinario de sus
revolucionarios. Esta es la historia de Angelo Giuseppe
Roncalli, hoy conocido como el Beato Papa Juan XXIII.
Tras la muerte de Pío XII, los Cardenales se reunierón para elegir al
sucesor, las miradas estuvierón puestas en el Cardenal Roncalli, quien
a días de cumplir 77 años, consideraban el hombre ideal para el cargo
alguien que no hiciese nada, como dirían; un Papa de transición.
La historia les reservaba una sorpresa. El sencillo y bonachón
Cardenal, le imprimió a la iglesia el rumbo que lleva hasta hoy haciendo
de ella una Institución renovada y acorde con los tiempos actuales. El
año de su elección, la televisión no sólo llegaba al Perú, sino que se
convertía en parte importante de todo Hogar, y en ese sentido la
imágen del nuevo Papa, se hizó conocida en el mundo entero, ga
nandose afectos en todos los rincones del planeta. Luego de casi 100
años un Papa volvía a cumplir sus funciones como Obispo de Roma,
visitando Parroquias, hospitales e inclusive la carcel. Enfrentándose
a la odiosa cúpula, redujo los altos gastos y la vida de lujo y dispendio
que tenían Cardenales y Obispos, supuestos servidores de Cristo.
Dignificó las condiciones laborales de los trabajadores del Vaticano
por entonces los peor pagados de Europa y por primera vez nombra
Cardenales indios y áfricanos, los jóvenes quizás, no capten la dimen
sión de esto; pero, a inicios de los 60 un cardenal Negro, a muchos les
era impensable, sin embargo, nuestro Papa y los hombres inteligentes
de la época, construían el mundo que hoy tenemos. No he de olvidar,
que canonizó al primer Santo negro de América, nuestro querido y
muy peruano San Martín de Porres.
Nuestro revolucionario personaje, se reuniría el 2 de diciembre de
1960, con el Arzobispo de Canterbury 400 años después de la excomu
nión de Isabel I, iniciando también en aquel año el Secretariado para
la promoción de la unidad de los Cristianos, tan importante para enten
der como es que aunque muchos lo ignoren el año pasado, nuestro
actual Papa ha nombrado como Presidente de la Pontificia Academia
de Ciencias a un Protestante Reformado, el suizo Werner Arber,
Premio nobel en medicina de 1978.
Pero lo más sorprendente es que tan sólo 3 meses después de su
mandato convocó al XXI Concilio Ecuménico que posteriormente fue
llamado Concilio Vaticano II ; en sólo 4 años el "Papa de transición"
efectuó la transición de la Iglesia, de una avejentada institución, en
la vital organización que con los años en alianza con una de las poten
cias del mundo, destruirían al enemigo común, la materialista y atea
Unión Soviética, que había profetizado poder destruir a la religión
que ellos, como diría Marx consideraban "el opio del pueblo".
Quizás el éxito de su pontificado, radique en su comprensión del
tiempo y de nuestro papel, en nuestro paso por el mundo, desde un
inicio, manifestó: "no puedo mirar demasiado lejos en el tiempo"
y de su propio papel en el Concilio, señaló: "No hay que preocuparse
de sí mismo y de quedar bien. En la concepción de las grandes
empresas basta con el honor de haber sido providencialmente
invitados. Hemos sido llamados a poner en marcha, no a concluir."
Y tan bien lo sabía, que en setiembre de 1962, diagnosticado de
un cáncer al estómago, se negó a operarse, para evitar que el
Concilio se desviara de lo estipulado, enfrentó a la muerte sin
temor y sin ninguna ambición por ver concluida su mayor Obra,
"la puesta al día de la Iglesia". El Papa bueno falleció el 3 de
junio de 1963.
Como dato adicional, he de contar que fué Juan XXIII, quien tuvó
que excomulgar a Fidel Castro, decisión obvia, por cuanto Fidel, quien
había sido educado bajo las enseñanzas de la Iglesia, manifesto su
intención de conducir a Cuba al comunismo; al Papa no le quedaba otra;
pues la Congregación para la Doctrina de la Fe, había establecido la
pena de excomunión para todo aquel que difundiera el comunismo.
El Papa actual Benedicto XVI, visitó latonoamérica por segunda vez a
inicios de este año, estuvó en México y Cuba, a poco de cumplirse el 50°
aniversario de la excomunión de Fidel, el Papa estuvo con él.
Que suerte la de este excomulgado, no porque lo visite el Papa,
sino porque la vida le ha dado la oportunidad de revisar sus propios
pasos y quizás, quizás volver al rebaño.
En 1998, estuvó en primera fila, en la misa de despedida al Papa
Juan Pablo II, quien mejor que nadie conoció lo que fué el comunismo.
Desde aquella histórica visita, Cuba levantó la prohibición de las proce
siones públicas (en algunos países, algunos se preguntaran si es posible
inmiscuirse en asuntos tan elementales de la vida privada de las
personas ); ... la Navidad se retomó como celebración oficial y el gran
mensaje de Juan Pablo II, fué : "que Cuba se abra al mundo y que el
mundo se abra a Cuba".
Días después, cuando su amigo el escritor colombiano Gabriel
García Marquéz, le preguntara : "¿Fidel, qué haces que no se te ve?"
su respuesta fué: "estoy viendo misas". Así somos los humanos y asi
son las cosas, puedes ser un santo durante toda tu vida y blasfemar
en el último instante, para condenarte ó un despiadado tirano y sal
varte en el último instante, tras un arrepentimiento sincero. Así es
de bella y sorprendente mi Religión. No sé cúal sea la suerte del
ex-alumno de los jesuitas, hoy de 85 años y a quien tantos quisieran
ver muerto; pero en otro Post, les he contado la historia del sangui
nario y muy inteligente físico Jhon Von Neumann (ver Post), ateo
responsable de la bomba de hidrógeno y de los cálculos precisos para
inferir la mayor destrucción a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki,
quien en su lecho de muerte, pidió tener acceso a la extremaución.
Claro que muchos podrán ver en estos gestos, cobardía, a ellos les
digo: no hagas juicios sobre momentos que aún no has experimentado.
Es de humanos equivocarnos, y de humanos rectificarnos; para
muestra les dejo una cita del gran Albert Einstein:
"Siendo un amante de la libertad, cuando llegó la revolución a
Alemania miré con confianza las universidades sabiendo que siempre
se habían vanagloriado de su devoción por la causa de la verdad. Pero
las universidades fueron acalladas. Entonces miré a los grandes
editores de periódicos que en ardientes editoriales proclamaban su
amor por la libertad. Pero también ellos, como las universidades,
fueron reducidos al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas.
Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las
campañas de Hitler para suprimir la verdad. Antes no había sentido
ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un
gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía
y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral.
Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo
incondicionalmente."
Time Magazine, 23 de diciembre de 1940
. . .Dedicado a mis hijos ROBERTO y DILAN y de manera especial a mi gran
amigo RÓMULO BARDELLI