Ver para creer
Ver para creer, la famosa frase de uno de mis
apóstoles favoritos, Santo Tomás; es visto en religión
y en la ciencia como la afirmación de un necio, ante la
respuesta de Jesús : Porque me has visto, Tomás,
creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
¿ Quién tiene la razón ?
La razón, la tiene Jesús, por supuesto. Pero, lo que nos conmue
ve y causa admiración de Tomás, es el hecho que el buen apóstol
representa al hombre inteligente, que no teme preguntar, los
evangelios, lo pintan como el más perdido de todos, pero no se
calla, no teme preguntar,queremos creer que los demás apóstoles
han entendido el mensaje, pero sabemos que NO (es demasiado
díficil, anti-intuitivo) y ahí tienes al mismísimo Pedro, negando al
Señor 3 veces, y cuando todos callan es Tomás, el más científico
el cuestionador, el preguntón, el que después de la última cena
dice : « ni sabemos a dónde vas, ni dónde está el camino.» si tu
eres Cristiano, crees que lo sabes, la tienes fácil, él es el apóstol
y no lo sabe, pero pregunta y se mantiene en el camino es más,
cuando los otros dudan, es él quien los alienta y dice:
«Vayamos también nosotros a morir con Él.» Conoces el resto de
la historia.
Hay una forma más profunda de ver, es ver con la razón y la
razón, es un proceso conciente enmarcado en conceptos profun
damente abstractos, que claramente nos diferencian de cualquier
rastro conciente que pueda percibirse en un animal.
La fé,que la religión reclama no puede estar alejada de la razón
la misma razón, que ha movido a la ciencia, a tratar de entender
todo, hasta que irónicamente tuvo que recurrir a la fé y aceptar
que hay mucho que no vemos y que quizás no podamos conocer.
Supongamos, es ahora la palabra más usada por los teóricos y
algunas de sus más locas elucubraciones comenzarón a hacerse
realidad.El triunfo de la razón y las matemáticas dijerón algunos
pero antes, fué un escandalo, por eso los antiguos genios no en
tendierón a Bohr, Dirac fue tildado de loco y Feynman de iluso
sin embargo sus ideas se abrierón paso, fuerón lo más probable
porque lo explicarón mejor y cuando llegamos a lo que creemos
que es el final, encontrarón que no puede verse, no puede
comprenderse y no es sólo en lo inimaginablemente pequeño. En
lo inimaginablemente grande también estamos prohibidos de ver
. . .Dedicado a mis hijos ROBERTO y DILAN y de manera especial a mi gran
amigo RÓMULO BARDELLI